mas que un post de queja es un lamento por la absoluta escasez de originalidad de los anunciantes españoles. como responsable de una agencia de below he visto como decenas de clientes te vetan ideas que, meses o años mas tarde, otras similares vistas en youtube les hacen llamarte y decirte ¿has visto esto? ¡que original, lo quiero! lo que demuestra una absoluta falta de originalidad así como de memoria. muchos pensaréis que la culpa es de las agencias, quizás una parte si, pero os aseguro que si muchos de esta profesión escribiéramos un libro sobre «respuestas del cliente a las buenas ideas» seguramente se llamaría ¿que hace un tío como tú con un presupuesto como éste?.
en esa linea os traigo una maravillosa campaña de t-mobile en londres en la que se demuestra como los flashmobs pueden pasar de ser algo ligeramente original a una maravillosa campaña de comunicación. la constatación: 13.500 personas cantando el hey jude en trafalgar el pasado jueves.
si queréis emocionaros, empezad viendo la pieza de captación:
y continuad deleitándoos con la pieza del jueves:
si eres de esos que, tras ver esto, llamarás a la agencia para pedírselo, tómate la molestia de releer los contrabriefs del pasado, no sea que lo tiraras a la basura hace algunos años.
adoro este trabajo pero hay que joderse con algunos, que cuesta arriba nos lo ponen.
me lo contaron los geniales this is swordfish.
bueno uxio reconoce que es mejor que hablar de incompetencia generalizada adornada de deseos de innovación… jaja
bienvenido
jaja, me has hecho reir con lo aplicar los mismos criterios a la evaluación de los directivos que de las agencias… Cuanta razón tienes: cuanta mediocridad y acojone generalizado adornado con deseos de innovación.
si pero no me negarás que es triste estar en manos de gente no apta para el cargo. si aplicaran los mismos criterios en la evaluación de los directivos que en la selección de agencias otro gallo nos cantaría a todos.
Tranquilo amigo, si crees que en España están atrasados dos años, date una vuelta a México, creo que seguimos en 1521 (jajaja), estamos muertos en publicidad de guerrilla y todavía más en electrónica, sobre todo en «virales» y redes sociales.